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La investigación del cáncer le debe mucho a un insecto diminuto, la mosca Drosophila melanogaster, conocida como la mosca de la fruta. En Drosophila se descubrió el primer supresor tumoral, decenas de proteínas relacionadas con cáncer, y se evidenció la relación entre células madre y la aparición de tumores. Ahora Drosophila se usa además para encontrar nuevos tratamientos contra el cáncer.
De los últimos avances realizados en cáncer con la mosca, hablarán 150 científicos internacionales convocados en Barcelona por el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) y la Fundación BBVA. La Conferencia Barcelona BioMed “Modelling cancer in Drosophila” está organizada por los científicos Cayetano González, investigador ICREA del IRB Barcelona, y Helena Richardson, del Peter MacCallum Cancer Centre, de Australia. El simposio se celebrará del 14 al 16 de septiembre en el Institut d’Estudis Catalans (IEC).
La validez de una mosca
Hace más de un siglo que se utiliza como herramienta de la biología y ha proporcionado nada menos que cinco Premios Nobel de Medicina. Es sorprendente que un insecto sirva para comprender mejor enfermedades humanas y encontrar remedios para prevenirlas o curarlas. Pero los estudios genéticos han demostrado que los principios encontrados en la mosca de la fruta son aplicables a organismos superiores, incluidos los humanos. Drosophila presenta grandes ventajas: en tan sólo 10 días se puede obtener una nueva generación, su genética se conoce a fondo, es barata de obtener y de criar y se pueden conseguir cientos de ellas en pocos días.
“Las moscas tienen limitaciones para dar con una cura contra el cáncer. Pero, a veces, es el único organismo donde se pueden realizar los experimentos que permiten posteriormente desarrollar las investigaciones que llevaran a una cura en humanos. Es el caso de proteínas concretas relevantes en enfermedades humanas que se han identificado primero en Drosophila o de cascadas de señalización celular fundamentales que en cáncer están alteradas", explica Cayetano González. Su laboratorio demostró en 2005 que la variación en un proceso básico en la división de células madre produce tumores malignos. Hoy, estos mismos estudios se están desarrollando en ratones.
En los últimos años, la mosca se ha convertido en un buen tubo de ensayo in vivo para probar la viabilidad de moléculas contra el cáncer. “Obtener un fármaco anticancerígeno es un proceso largo, de entre 10 a 20 años. Con la mosca se pueden validar decenas de aspectos que reducen el tiempo de desarrollo. Por ejemplo, comprobar que no es mortal para el organismo, que no se degrada rápidamente en el tracto digestivo, o que tiene capacidad para atravesar la membrana de las células” explica González. Hoy hay diversas empresas biotecnológicas que usan Drosophila para rastrear y filtrar moléculas para enfermedades humanas, lo que evidencia la validez del insecto para la investigación biomédica.
Entre los científicos invitados a la conferencia, figuran Ross Cagan (Mount Sinai School of Medicine, EEUU), cuyos experimentos apuntan hacia un fármaco con efecto directo en progresión tumoral; Ginés Morata (Universidad Autónoma de Madrid, España) sobre estudios realizados sobre suicidio celular y transformación tumoral; o María Domínguez (Instituto de Neurociencias de Alicante, España) cuyo trabajo se centra en los programas genéticos que dictan el desarrollo de órganos y tejidos y la aparición de cánceres cuando se perturban. En total son 26 investigadores invitados, de los cuales 12 trabajan en laboratorios líderes en los Estados Unidos, 9 en Europa, 3 en Asia y 2 en Australia.
Enlaces relacionados:
Modelling Cancer in Drosophila, Barcelona BioMed Conference
Laboratorio de división celular
IRB Barcelona
El Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) trabaja para conseguir una vida libre de enfermedades. Desarrolla una investigación multidisciplinar de excelencia para curar el cáncer y otras enfermedades vinculadas al envejecimiento. Establece colaboraciones con la industria farmacéutica y los principales hospitales para hacer llegar los resultados de la investigación a la sociedad, a través de la transferencia de tecnología, y realiza diferentes iniciativas de divulgación científica para mantener un diálogo abierto con la ciudadanía. El IRB Barcelona es un centro internacional que acoge alrededor de 400 científicos de más de 30 nacionalidades. Reconocido como Centro de Excelencia Severo Ochoa desde 2011, es un centro CERCA y miembro del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST).