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Antony Nevin, Artist-in-Residence 2019 del IRB Barcelona, ha hecho un viaje muy largo desde su hogar en el “fin del mundo" (Nueva Zelanda) para pasar un tiempo con nosotros y encontrar la inspiración en nuestra ciencia.
Para Antony, esta es la primera residencia artística. Lo que le atrajo del IRB Barcelona fue la variedad de enfoques y campos en los que está involucrado el instituto, unido al hecho de que siempre le ha interesado la conexión existente entre las artes creativas y la ciencia. En este sentido, durante su corta estancia en el IRB Barcelona, tuvo ocasión de experimentar cultivando células madre de cáncer colorrectal y aprendiendo sobre la barrera hematoencefálica y esasincreíbles lanzaderas, inspiradas en los venenos de abeja y de escorpión. Pasó, además, muchas horas observando con fascinación las sorprendentes imágenes obtenidas en la facilityde microscopía digital (y eso solo por mencionar algunas de las cosas que tuvo ocasión de explorar).
Para Antony, la ciencia es algo fascinante. Confiesa que, de pequeño, su pasión eran los cohetes. “Crecí en pleno desarrollo de la carrera espacial, y eso me encantó. Para mí, lo que está pasando aquí en el IRB Barcelona es así. Existe una exploración que es asombrosa, pero hay que entrar en un pequeño mundo. Siento que parte de mi misión es encontrar maneras de ayudar a las personas a conectarse con esa exploración tan emocionante que está teniendo lugar a un nivel molecular y celular”, explica.
Al parecer, la falta de confianza, unida el hecho de no ser muy bueno en matemáticas, le impidieron convertirse en científico, pero Antony encuentra consuelo en las numerosas similitudes que existen entre las artes creativas y la ciencia. "Es la idea de que no sabes realmente a dónde vas, de que puedes saber algo acerca de cómo llegarás ahí, pero que probablemente no sepas cuál será el resultado, o bien que el resultado sea diferente a lo que en última instancia cabía esperar... son ese viaje y ese descubrimiento lo que encuentro más emocionante”.
Ahora Antony ya está de vuelta en casa, donde, bajo la influencia de la aurora austral (la prima sureña de la aurora boreal), espera pasar 3-4 meses materializando el resultado del tiempo que ha pasado con nosotros.
Dado que Antony se siente identificado con el adjetivo "provocador", tengo la impresión de que su proyecto será algo que estimulará nuestros sentidos de verdad. “Será algo que puedas experimentar físicamente, en lugar de algo que se pueda colgar en una pared. Para mí, el arte consiste en crear una conexión entre el intelecto y las emociones. Hay mucho pensamiento profundo en la ciencia, y existen muchos análisis de datos aburridos que implican tener que mirar pantallas y pantallas llenas de números, pero luego esos números se conectan de nuevo con la ciencia física, como cuando en el microscopio se observa algo o se divide, o se le extrae el ARN o el ADN, o se hace que los organoides entren en su interior”, explica.
“Estoy interesado en cómo los aspectos físicos y los intelectuales pueden conciliarse, y en cómo las artes creativas pueden utilizar la experiencia sensorial de algo para ayudar a comprender lo que está sucediendo desde un prisma intelectual. Así pues, con el uso de imágenes, sonidos, luces, sabores y olores, aspiro a que podamos entender de un modo visceral lo que está pasando en la ciencia ”, continúa.
Para algunos de nosotros, el arte resulta intimidante. “No ‘entender’ el arte es un problema del lenguaje, y con la ciencia sucede lo mismo. Cuanto más opaco seas, más importante será tu trabajo. Se trata de exclusión, no de comunicación. Yo me posiciono más en el campo del diseño que en el de las bellas artes. Lo que me gusta del mundo del diseño es que ponemos a las personas y a su experiencia en el punto de mira de lo que está sucediendo. El arte no trata necesariamente de comprensión. Puede tratar de provocación, de plantar una semilla, del comienzo de una conversación sobre un tema... puede actuar como punto de partida de una conversación que debe tener lugar... igual que la ingeniería genética. Las artes creativas pueden proporcionar un foro para la discusión de grandes ideas”, explica con entusiasmo.
Anthony no tiene más que buenos adjetivos para describir el tiempo que ha pasado en el IRB Barcelona, y tiene algunos consejos para aquellos que estén pensando en presentar una solicitud al Programa de Residencia Artística del IRB Barcelona: “La ciencia es una forma de explicar y comprender lo que está pasando, y las artes creativas son lo mismo, así que... ¡tírate de cabeza! Haz muchas preguntas. Sencillamente, sé abierto con todo. Mira más allá de lo que es obvio", sostiene.
Tendremos que esperar con mucha paciencia a que este artista del todo efervescente nos muestre su creación. No me cabe duda de que encontrará una manera muy creativa de estimular nuestros sentidos y de hacernos ver la ciencia bajo un prisma diferente!
IRB Barcelona
El Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) trabaja para conseguir una vida libre de enfermedades. Desarrolla una investigación multidisciplinar de excelencia para curar el cáncer y otras enfermedades vinculadas al envejecimiento. Establece colaboraciones con la industria farmacéutica y los principales hospitales para hacer llegar los resultados de la investigación a la sociedad, a través de la transferencia de tecnología, y realiza diferentes iniciativas de divulgación científica para mantener un diálogo abierto con la ciudadanía. El IRB Barcelona es un centro internacional que acoge alrededor de 400 científicos de más de 30 nacionalidades. Reconocido como Centro de Excelencia Severo Ochoa desde 2011, es un centro CERCA y miembro del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST).