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El anuncio que hizo ayer* el científico chino, He Jiankui, de que habían nacido dos hermanas gemelas, Lulu y Nana, después de haberles editado el ADN ha provocado un alud de reacciones adversas y ha creado alarma entre la comunidad científica y la sociedad. (*Chinese researcher claims first gene-edited babies. Associated Press)
Es posible que la edición genética de embriones sea una realidad en el futuro, pero hacerlo hoy es, claramente, prematuro.
El investigador Jiankui ha cruzado todas las líneas rojas porque, primero, tenemos que debatir a fondo aspectos éticos y solucionar aspectos técnicos.
En cuanto a la tecnología, la situación es diáfana. No tenemos las herramientas listas para alterar la herencia genética en humanos sin el riesgo de alterar otros genes de manera involuntaria.
Todavía no podemos predecir los efectos de estas modificaciones genéticas a largo plazo y, además, éstas pueden tardar más o menos tiempo en manifestarse. Y aún más: la edición genética en embriones se transmite a generaciones futuras, personas que no habrían consentido estos cambios.
Este último aspecto cae también en el terreno de la ética. Ni tan solo hemos consensuado si tenemos que ir adelante con la edición genética de embriones y, en caso de que se diera dicho consenso, todavía habría que decidir bajo qué circunstancias se permitiría hacerlo.
Desde mi punto de vista, la edición genética de embriones humanos sólo debería hacerse en situaciones dramáticas para evitar la posible tentación de algunos a pedir "hijos a la carta" y siempre sometida a una legislación hiperrestrictiva.
Por Elena Sancho, investigadora asociada del IRB Barcelona
Para saber más:
IRB Barcelona
El Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona) trabaja para conseguir una vida libre de enfermedades. Desarrolla una investigación multidisciplinar de excelencia para curar el cáncer y otras enfermedades vinculadas al envejecimiento. Establece colaboraciones con la industria farmacéutica y los principales hospitales para hacer llegar los resultados de la investigación a la sociedad, a través de la transferencia de tecnología, y realiza diferentes iniciativas de divulgación científica para mantener un diálogo abierto con la ciudadanía. El IRB Barcelona es un centro internacional que acoge alrededor de 400 científicos de más de 30 nacionalidades. Reconocido como Centro de Excelencia Severo Ochoa desde 2011, es un centro CERCA y miembro del Barcelona Institute of Science and Technology (BIST).